Cuando José Francisco Alonso Ruíz leyó «Los mares del Sur» de Manuel Vázquez Montalbán quiso convertirse en escritor.
Para él, ‘la novela negra es la expresión literaria que mejor refleja la condición humana. Por eso es importante que haya muchos tipos de novela negra, igual que hay múltiples formas de realidad humana. A mí me sirve para contar las historias que quiero.’ ¿El libro que se muere por empezar a leer? «Un bien relativo» de Teresa Cardona.

A la hora de escribir José Francisco decide primero el tema de fondo de su novela. ‘ Por ejemplo, en «Pisto» son las relaciones de pareja. Una mujer secuestrada que cuando su marido va pagar el rescate, descubre que tiene un amante. Luego busco cómo aterrizar el tema en Bilbao, para un personaje como Loizaga, con su ironía, y al final intento que el lector se divierta y le dé por pensar un poco. Me inspiro en todo lo que me llega, en las noticias, en las conversaciones que oigo, en lo que leo. ‘
José Francisco se levanta a las cinco de la mañana para tener casi tres horas de silencio. El resto del tiempo se lo dedica a sus hijos, su pareja, las clases de Filosofía, las comidas con los amigos, la vida.
¿Qué pensó cuando se enteró de que estaba seleccionado como candidato al premio Tuber Melanosporum?
‘Sentí una alegría inmensa. Con un año en el mundo de la novela negra ser finalista de Morella Negra es cómo subir al campamento base del Everest. Ganarlo debe ser como hacer cima, supongo. Además, está la trufa. Quién conozca a Loizaga, el protagonista de la novela finalista, entenderá lo que quiero decir. Deseando disfrutar del festival y muy agradecido a los organizadores y al pueblo de Morella.’